En España como en el resto de los países, las capitales acumulan gente, talento y recursos. Pero, cuando se trata de creatividad, con frecuencia lo pequeño sorprende. Y agencias locales, de ciudades discretas, aportan una frescura difícil de encontrar en las grandes. Retomando algunas ideas de un reciente artículo de Kelly Ruoff en Advertising Age («Agencies Don’t Have to Be Located on the Coasts to Thrive»), te proponemos seis razones para buscar talento en el ámbito local.
1. Los pequeños trabajan más duro. Ya sea porque sufren menos atascos, porque viven mejor, porque quieren llegar a ser como los grandes o porque son ellos los dueños, las agencias locales suelen poner un entusiasmo y una dedicación en el trabajo realmente fuera de parámetro.
2. Viven más cerca de la gente. Se acostumbra a decir que la estrategia es global y la ejecución local. Las agencias locales conocen mejor los mercados locales, entienden al consumidor local, y son capaces de hablarles en un lenguaje que emociona, que engancha y que entienden. Con mucha más eficacia.
3. Están más abiertos a la colaboración. Ser pequeño te obliga a colaborar, y a buscar continuamente inspiración y ayuda. En un mundo como el actual, la disposición a escuchar abre las puertas del talento y facilita la creatividad. Si eres grande, no necesitas ayuda; si eres pequeño, colaborar es una cuestión de supervivencia, que multiplica tu potencial.
4. Son más accesibles. Las agencias locales, por tamaño, tienen menos niveles de decisión, menos estructura, menos intermediarios. El responsable de tu cuenta siempre está a una llamada de teléfono. El mejor talento siempre está a tu alcance.
5. Resultan más baratos. Al no tener los sobrecostes de las grandes corporaciones, trabajar con ellos resulta más asequible y más eficiente. Además de que, normalmente, los precios de la capital son más altos que los de la periferia, y suman a la factura que ha de pagar el cliente.
6. Son igual de buenos. Con contadas excepciones, hace años «local» y «pequeño» eran sinónimos de «malo». Las agencias locales parecían estar como en una segunda división. Hoy, con la accesibilidad que permiten las tecnologías, la facilidad para aprender y conectarse, la deslocalización del talento… la calidad de alto nivel está al alcance de cualquier agencia, sea cual sea su tamaño o su localización. En publicidad, ya no tienes que ser grande para ser bueno.